Es verano y la vida es... Bueno...
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¡Saludos!
El verano, incluso éste, está cargado de recuerdos de días pasados, calurosos y despreocupados y de tardes cálidas y felices.
Crecí en un pequeño pueblo del Medio Oeste, donde salía de casa después del desayuno y regresaba cuando las campanas de la iglesia nos indicaban que era hora de cenar.
Mi madre felizmente ignorante de nuestras actividades.
Sin teléfonos celulares, sin “citas para jugar”, sin redes sociales.
Dudo que este mundo aún exista, pero esos recuerdos aún conmueven mi alma.
No puedo pretender que el mundo sea el mismo que en aquel entonces; era un tiempo y un lugar, pero más que eso, era una liberación de las preocupaciones y temores que impregnan nuestro presente.
Excepto que... no lo fue.
Yo era un niño que creció no muy lejos de los disturbios que sacudieron a nuestro país en 1967-69. Al mirar atrás, estoy seguro de que mis padres estaban preocupados... incluso asustados... por el mundo que nos esperaba a nosotros, sus hijos. Tal como nosotros lo estamos por nuestros hijos.
Existe un concepto en psicología llamado “miopía temporal”. Se trata de la idea de que lo que sentimos y experimentamos ahora es como siempre ha sido y siempre será. Una especie de nostalgia al revés.
Lo que quería compartir con todos ustedes, mi comunidad, es que estos tiempos son pasajeros. Vienen... y se van.
Siempre lo han hecho... hemos visto cosas peores. Guerras, depresiones, asesinatos y disturbios.
Siempre volvemos al centro sensato.
Creo que podemos lograrlo manteniéndonos fieles a nuestros ideales y aferrándonos a las verdades que nos sostienen en estos tiempos: la fe, la patria, la caridad, la honestidad, la comunidad y el deber, entre otras.
Como siempre, estamos aquí para servirles a todos.
Suyo en salud,
NeuraVite